Volviendo a casa
Iba viajando y de repente una señora le dice a otra.
Señora1: le queda mucho para llegar?
Señora2: si bastante
Señora1: bueno venga y siéntese aquí entonces.
Señora2: bueno muchísimas gracias.
La señora1 como si nada le da un gran abrazo y un beso y se va a posicionarse para bajar.
Señora1: joven le molestaría mucho ayudarme a bajar?
Joven: no señora para nada
El joven ayuda a la señora y la señora una vez abajo del colectivo lo abraza y le da un beso.
Esta secuencia me hizo pensar en que no deberíamos ser tan haters en la vida, porque lo único a lo que nos lleva indefectiblemente es a ser unas viejas conchudas de tacos que quieren el asientos, en cambio si somos felices y vemos lo hermoso de la vida, pasan cosas mágicas como estas y la vida te va a llevar a ser esa señora que reparte besos y abrazos por el mundo.
Lo mas curioso es como todos la miraban como si estuviera loca, por la poca costumbre a las cosas bellas, cuando en verdad estaba menos loca que cualquiera de nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario